Creo que el viajar en el metro me permite ver como un niño come pequeños bombones cubiertos de chocolate mientras se ensucia todo y me sonríe, al mismo tiempo que hace eso, me muestra sus manos llenas de chocolate y mi respuesta es otra sonrisa, todo mientras la gente camina aprisa, empuja,se insulta, y uno tras otro entran vendedores, gritan o nos ponen música que aveces es agradable y aveces no.
salgo y en metro universidad, como siempre, veo ese mural que me encanta, pero ahí, en ese espacio permanecí como por 15 minutos parado, viendo a un grupo de ciegos que con un buen ritmo tocan cumbia, es un hombre en la batería, una joven en los teclados, una señora en las percusiones y la voz, un hombre en la guitarra y dos jóvenes que no son ciegos, uno también en la voz y otro pasando una caja para que demos algo de monedas y ofreciéndonos un disco de ellos mismos; pero ¿a que voy con todo esto? estoy convencido que el día que pierda mi capacidad de asombro por las simples cosas, ese día no seré yo, o tal vez ya este muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario